Esta fotografía obtuvo el primer premio en la categoría de Flora y Fauna de la XXIII Muestra de audiovisuales y fotografía de montaña de Sant Martí, celebrada en el Centro Cultural de la Farinera del Clot de Barcelona. La muestra contó con las ponencias de varios fotógrafos de prestigio como Tino Soriano y Javier Camacho.

Agradecer desde aquí al jurado y a la organización de la muestra el premio, así como la celebración con éxito de un evento de esas dimensiones teniendo en cuenta las restricciones y el cumplimiento de las medidas de seguridad impuestas por la pandemia.

Elegí participar por primera vez en la muestra con algunas de mis fotografías, a pesar de no disponer de demasiadas imágenes de montaña. La fotografía ganadora son unas gotas de rocío congeladas, dispuestas sobre la hierba de la ladera de una montaña, tomada al amanecer y antes de que los rayos de Sol las devolviera al estado líquido.

Recuerdo el frío que pasé al hacer la fotografía, especialmente en los dedos de las manos. La imagen está tomada muy de cerca con un objetivo macro de 100mm y un trípode. Lo curioso de ese día es que yo había madrugado para hacer paisaje de montaña durante la salida del Sol, en tomas abiertas, y fue entonces cuando me encontré con varias plantas cubiertas por el rocío helado. Afortunadamente, en ese momento llevaba encima el objetivo macro y pude destacar la textura de las gotas sobre las plantas.

Se trata éste de un dilema continuo en mí a la hora de preparar mis salidas fotográficas: lo ideal sería salir lo menos cargado y lo más cómodo posible, sabiendo de antemano lo que se quiere fotografiar. Pero yo tiendo siempre a ir más cargado de la cuenta por aquello de «…por si a caso». Lo cierto es que esa opción le deja a uno agotado por el peso y, peor aún, se corre el riesgo de acabar estresado por querer abarcarlo todo a la vez con las distintas ópticas, corriendo el riesgo de perderse el momento de la mejor luz.

Sin embargo, yo suelo acabar usando todas las ópticas que me llevo (…y más que me llevaría), aún a costa de que siempre me acaba faltando tiempo para realizar más imágenes.

No se puede premeditar todo, nunca sabes lo que vas a encontrarte o lo que va a ocurrir. Así que si me quedo sin tiempo, me llevaré de vuelta además un buen incentivo para volver a repetir el lugar… otro día.