«Mirar más y fotografiar menos ayuda a mejorar.»

 

Hace unas semanas tuve el privilegio de poder entrevistar para la revista Donec Perficiam al reconocido fotógrafo Tino Soriano, uno de mis grandes referentes y también el referente de muchos otros fotógrafos, aficionados y profesionales.

Su lista de publicaciones y premios es extensa, así que destacaremos entre muchos otros sus reportajes fotográficos en revistas como National Geographic o Viajar, y el Premio Nacional de Comunicación de la Generalidad de Cataluña o el prestigioso premio World Press Photo. Hablaré con él de sus libros, de su técnica y también de sus opiniones de dentro y de fuera del mundo de la fotografía.

Le agradezco a Tino su habitual predisposición y amabilidad. Aquí os dejo la transcripción de la entrevista, acompañada de algunas de sus imágenes:

 

© Tino Soriano

 

Has recibido muchos premios, ¿cuál de ellos te ha hecho más ilusión?

Posiblemente el World Press Photo, pero he recibido de muy prestigiosos, como el Premio de la Sociedad Geográfica Española por mi trayectoria … incluso me dieron uno a la Alianza del Pueblo Nuevo «La Golondrina de Plata» por un trabajo de vídeo. Todos animan.

El verano pasado te encontré a primera hora de la mañana paseando tranquilamente por el borde del lago de Banyoles. No hacías fotos, sólo paseabas. ¿Hacemos demasiado fotos?

Por supuesto! Mirar más y fotografiar menos ayuda a mejorar.

Últimamente has publicado bastantes libros de formato y temáticas diferentes, pero en todos ellos encontramos una recopilación del trabajo realizado a lo largo de muchos años. ¿Podríamos decir que estás haciendo un resumen de tu larga trayectoria profesional y mostrando las conclusiones?

Exactamente. He llegado a una edad que se acerca peligrosamente a un desenlace imprevisto. Ahora pienso más en compartir lo que he aprendido, que no en proyectos nuevos. Ya llevo cuarenta años de profesión. Eso sí, tengo tres o cuatro proyectos a medias.

Este año has publicado «Curarte», un libro que es todo un homenaje al personal sanitario y al mundo de la medicina. ¿De repente nos hemos dado cuenta de que hemos dejado que el sector fuera degradando?

Por supuesto, hemos pasado de un sistema que era modélico, incluso desde un punto de vista mundial, a los escombros que han dejado los sueldos precarios y el negocio de la medicina privada, que, no nos olvidemos, favorece a unos pocos inversores. Han conseguido derrumbarse el, el negocio ahora está en las mutuas.

 

© Tino Soriano, CurArte

 

© Tino Soriano, CurArte

 

¿Cómo afrontas una situación complicada, como por ejemplo un cáncer infantil, a fin de no violentar los protagonistas con la cámara?

Hablo mucho con la familia, comparto tiempo y experiencias y hago pocas fotos.

Recientemente te has mostrado muy crítico con la cobertura gráfica que se ha hecho de la pandemia. ¿Crees que ha habido una cierta censura? En tu caso, te has sentido excluido o has encontrado algunos obstáculos al respecto?

Sólo tuve un encargo para terminar el libro Curarte y no me dejaron fotografiar los enfermos, incluso con mascarilla. Me dijeron que sólo de espaldas. Luego, con palabras y sin imágenes, querían convencer a la gente. Ha sido una gestión de comunicación tan mala como la que suelen hacer los políticos cuando quieren defender sus argumentos.

© Tino Soriano, CurArte

 

¿Qué poder tienen las imágenes realmente? Pueden ayudar a poner fin a algunas de las injusticias del Mundo?

Si no hay testigos, los crímenes de todo tipo quedan inmunes. La fotografía es una prueba y si está manipulada digitalmente, hay herramientas para descubrirlo. Pero también es un lenguaje universal.

¿Pueden llegar también a perjudicar?

Todos podemos ser víctimas de un mal uso, como el que hacen los que cuelgan en las redes vídeos íntimos de sus ex parejas para vengarse. Además una imagen tiene muchas potenciales lecturas. Depende de lo que quieres interpretar de acuerdo con tu forma de ver el mundo.

Me atrevo a afirmar sin muchas dudas que tu trabajo te apasiona y, cuando esto sucede, uno suele dedicarle mucho tiempo, también de personal. ¿Cómo has conseguido compaginar este hecho con tus relaciones familiares y afectivas?

Siempre que puedo invito a mi mujer y mi hija que vengan conmigo. Ellas, más que nadie, saben lo duro que es mi oficio. Incluso a veces se alegran si no pueden venir. No es gota fácil. Si lo fuera, no me pagarían.

Has recorrido varias veces el Mundo haciendo fotografías y en 2018 varas publicar «Los secretos de la fotografía de viajes». ¿Nos puedes explicar sólo una de las cosas que más te haya impactado o sorprendido de todos los lugares donde has estado?

La guerra de Bosnia, que toqué superficialmente, haciendo un par de encargos para El País Semanal, me llevó a una dimensión en que por muy buen fotógrafo que seas, nunca transmites la realidad que has vivido.

 

© Tino Soriano, Los secretos de la fotografía de viajes

 

© Tino Soriano, Los secretos de la fotografía de viajes

 

¿En algún momento has pasado miedo, has estado en peligro o has temido por tu integridad física?

A menudo. Cuando viajes solo por el mundo eres muy vulnerable y desde accidentes de tráfico hasta peligro de muerte real, porque estás trabajando en un lugar peligroso, todo va con el oficio de reportero. Es fácil desaparecer en algunos países.

¿Cómo llevas el hecho de no poder viajar?

Está claro que he perdido unos reportajes maravillosos que tenía previstos para todo el mundo, pero en mi trabajo es importante adaptarte al que hay. Me he dedicado a escribir libros y, con esta excusa, he cogido mejor un control de mi archivo. Son tareas que siempre dejaba para otro momento, y en realidad son muy importantes.

¿Actualmente estás trabajando en algún proyecto fotográfico?

No, aparte de continuar haciendo fotos de paisaje del lago de Banyoles. Para los reporteros, que todo el mundo vaya con mascarilla y no poder desplazarte, ha sido un gran tsunami. Muchos no se repondrán, como ha ocurrido en otras profesiones o negocios. Habrá que empezar de nuevo.

Cuentas que sueles trabajar con un equipo ligero y pequeño, el cual te permite trabajar con comodidad y aproximarte a la gente. ¿También que ajustas la cámara al modo automático para ganar rapidez y agilidad. Alguna vez utilizas alguna otra metodología o equipo más grande: teleobjetivos, trípode, etc.?

Sí, por supuesto. Si fotografío naturaleza salvaje o, eventualmente, paisajes. Si no, salgo adelante con un angular de 35 mm casi siempre, acompañado de un 24 y un 85 mm. Focales fijas cuando puedo.

En los reportajes, así como en la fotografía de la calle, se puede tener la actitud de «salir a buscar» o la de «salir a encontrar». En tu caso, ¿qué proporción hay de predeterminación o de preparación previa y cuál de improvisación?

En general salgo a encontrar porque me gusta que la realidad me sorprenda. Si sales a buscar, tienes que saber que quieres, pero a menudo estás influenciado por lo que has visto que han hecho otros.

¿En algún momento usas ráfagas de fotos para después elegir «la buena»?

Sólo cuando busco un barrido fotográfica. Te asegura un fotograma correcto.

El año pasado publicaste «Fotografía con una sonrisa», un libro que propone dotar de personalidad a las imágenes que hacemos de lo que nos rodea en nuestro entorno inmediato y cotidiano, familiar, de amistades, etc. y además a disfrutar de manera divertida. ¿Así pues no hay que ir a la India o en Islandia para hacer buenas fotos? ¿Podemos encontrar la excelencia • excelencia fotográfica a las ollas de la cocina de su casa por ejemplo?

Los buenos fotógrafos se hacen en casa. Cuando viajas, pones a la práctica lo aprendido.

 

© Tino Soriano, Fotografía con una sonrisa

 

¿Qué consejo le darías a alguien que se siente fotográficamente estancado?

Que compre un libro docente … y que no se limite a leer, sino también a poner en práctica lo que está aprendiendo. También los talleres fotográficos que dan los expertos y / o los viajes fotográficos, te enseñan mucho. Eso sí, hay que saber con quién vas. Ahora hay mucha gente que practica la docencia sin experiencia. Pero unos días junto a un fotógrafo de referencia aportan años de aprendizaje.

En tus conferencias y redes sociales transmites un gran compromiso social, humanitario, incluso político … Joan Guerrero dice que «Primero es la persona y después el fotógrafo» y defiende que esto a la larga hace mejor al fotógrafo debido a que sea ​​en ese orden. ¿Opinas lo mismo?

Y tanto. Una foto es la suma de lo que somos, no una combinación de conocimientos técnicos, que son a menudo los mismos que aplican las cámaras de tráfico. El fotógrafo aporta el alma en la foto. Y esto va más allá que un raw, un jpg o un software informático.

Uno de tus referentes en fotografía es Alex Webb. ¿Nos puede explicar cuando y donde el varas conocer, qué te cautivó de su obra y cómo te ha influenciado?

Compré algunos de sus libros para estudiar su mirada y luego fui como alumno a un taller que dio en Sevilla.

El año pasado también varas publicaste tu libro más paisajístico «BanyoleSpeculum», el cual profundiza en el lago de Banyoles a lo largo de casi 40 años. Josep Pla decía que en lo local hay también todo lo que es Universal. ¿El estaño ha sido tu pequeño Mundo fotográfico?

Es lo que decía antes, tenemos que fotografiar en nuestra casa, en mi caso, Banyoles. Este libro enseña a interpretar la luz, tal como yo mismo he aprendido después de cuatro décadas. Quise hacer un libro que inspirara al lector para ser mejor fotógrafo, no para admirar al fotógrafo.

En este libro acompañas las imágenes de unos pequeños poemas o haikus. La fotografía apunta directamente a nuestra parte más emocional. ¿Piensas que la combinación con la poesía puede intensificar o complementar estos sentimientos?

Por supuesto, las buenas fotografías son, en realidad, poesía.

 

© Tino Soriano, BanyoleSpeculum

 

© Tino Soriano, BanyoleSpeculum

 

Joan Fontcuberta afirma que estamos en una era postfotogràfica debido, en parte, al paso del analógico al digital y la masificación exponencial de las imágenes por la aparición de los smartphones, internet, el uso de las redes sociales, etc. ¿Estás de acuerdo en que el concepto tradicional de fotografía ha muerto ahogado por el exceso?

Al cien por cien. Es complicado encontrar buenas fotos entre tanto ruido digital.

El 2019 publicaste «Ayúdame a mirar. La biblia del reportaje gráfico», tu único libro escrito y sin imágenes, donde explicas experiencias y das todo tipo de consejos prácticos y detalles sobre cómo construir historias visuales, yendo desde la ética, la venta o incluso pasando por los aspectos legales del sector, entre muchos otros temas. Diría que del libro se desprende un mensaje de alerta para todos aquellos que se quieran dedicar al fotoperiodismo, advirtiendo que éste no será un camino de rosas. ¿Le ves futuro a esta profesión?

Este libro es un canto al fotoperiodismo, la fotografía documental. Explica cómo ha evolucionado, en algo más de medio siglo, para tomar nota de cara al futuro. La fotografía siempre ha evolucionado con los tiempos. La profesión ya no será como lo he vivido yo, al igual que antes escribíamos con una pluma estilográfica y ahora lo hacemos con un teclado. Lo importante es el contenido y este es el reto para el futuro.

¿Qué consejo darías a un joven estudiante de fotografía?

Que lo complemente con estudios de marketing, economía, idiomas y tecnología multimedia.

¿También te haces selfies? ¿Qué opinas de este fenómeno?

Dejas lo que es importante en tu espalda. Me recuerda a las fotos de antes «¡Qué salga el monumento!». Yo prefiero disfrutar, que no demostrar que he estado en los lugares. Pero es mi opción, tal vez porque soy un fotógrafo profesional.

Tengo entendido que estás trabajando en un nuevo libro que trata sobre el color. ¿Qué nos puedes adelantar?

He estado cuarenta años, desde que empecé a explicar la fotografía, pensando cómo explicar el color sin caer en los tópicos de la mayoría de libros, que dicen generalidades tales como, el rojo es la pasión, pero sirve poco para poner -lo a la práctica. Verme que dicen los lectores. Yo estoy satisfecho del resultado. Está en la línea de «Ayúdame a mirar», pero con muchas il • ilustraciones.

¿Qué haces cuando no haces fotos?

Escribo, leo, paseo por el lago, escucho música y pienso proyectos que me gustaría materializar con la Olympus.

Para terminar: ¿una novela?

Para mí, Cien años de soledad.

¿Y una película?

Adoro el cine clásico neorrealista. «Bienvenido Mr. Marshall «o» Plácido «, ambas de Berlanga, cuentan historias de personas que tienen una vida anónima. Es lo que me gusta fotografiar…

 

Web de Tino Soriano