Esta fotografía quedó en el segundo puesto en la edición de Septiembre de 2020 del Concurso social «MI MEJOR FOTOGRAFIA DE VERANO» organizado por los socios del Fotoclub Poblenou de Barcelona. Felicitar desde aquí a la imagen con el merecido primer puesto.

Elegí participar con esta fotografía, hecha en Julio en el Delta del Ebro, mediante una larga exposición de 92 segundos lo cuál capturó el movimiento de las nubes en el cielo y generando un efecto sedoso en el agua, quedando el embarcadero como el único elemento estático.

De esta imagen me gustaron distintos aspectos:

  • La asimetría de la fuerte linea generada por el embarcadero en contraposición con el centrado del horizonte.
  • El hecho de que me transmitiera múltiples sensaciones a la vez, algunas de ellas quizás antagónicas entre sí como serenidad vs tristeza, paz interior vs temor a lo desconocido, etc.
  • Finalmente opté por el blanco y negro, algo que no suelo hacer en mis imágenes de paisaje, por que me pareció que se intensificaban algunas de las sensaciones descritas anteriormente.

En esta ocasión la valoración cualitativa de las fotografías se hizo mediante la modalidad de un jurado experto externo al Fotoclub Poblenou, de manera que todas las fotografías fueron sometidas a análisis y valoración con el fin de ofrecer nuevas ideas y sugerencias encaminadas, de manera positiva, a mejorar las fotografías. Esa novedad me parece un acierto y una buena iniciativa dado que garantiza la imparcialidad y la distancia emocional necesarias para valorar de una manera lo más objetiva y justa las distintas imágenes, independientemente de los resultados obtenidos por la votación de los socios del Fotoclub Poblenou.

Dicho eso quiero dar mi opinión acerca del comentario que obtuvo mi fotografía, con el cuál estoy en desacuerdo con el fondo, y que fue el siguiente:

Algunos «gurús» de la fotografía dicen que «foto partida, foto aburrida». Se debería corregir sacando mar o cielo, mejor algún centímetro de mar. La pasarela destaca mucho sobre el agua de seda pero, para que la foto tuviera más impacto, debería aparecer una pequeña figura preferiblemente a la izquierda, a un tercio de la imagen. 

Esencialmente, ambas partes del comentario están basados en que una imagen no puede centrar los elementos: no debería centrarse el horizonte y los elementos deberían aparecer dispuestos según la famosa «regla de los tercios». Algo con lo que yo no puedo estar más en descuerdo puesto que soy de los que creo que no existen las REGLAS compositivas como tal, sino disposiciones agradables de los elementos sin más.

La mal famosa «regla de los tercios» surge de las proporciones áureas, agradables a la vista del ser humano, equilibradas y presentes en la naturaleza. Sin embargo, nadie dijo que centrar un elemento en determinadas ocasiones haga que la fotografía pierda impacto si no que incluso a veces, ocurre todo lo contrario.

En éste sentido, yo estoy más en la linea del fotógrafo José Benito Ruiz cuando expresa su opinión acerca de la inexistencia de las mal llamadas reglas de composición, entre ellas la famosa «regla de los tercios». Ver a partir del minuto 12:25 de la clase Composición I del curso online «Una año de fotografía»:

 

Por lo tanto, tampoco puedo estar de acuerdo en que tenga que aparecer una figura en el tercio izquierdo de la imagen. ¿Por que en el tercio izquierdo? Quizás eso desequilibraría la imagen al dejar muy vacío el lado derecho… si estoy buscando equilibrio y serenidad ¿por que no un elemento en el lado derecho? una roca o un ave, por poner algunos ejemplos.

¿Y por que no centrar una figura en la pasarela? ¿No dependería del tipo de sujeto, del momento o de aquello que se quiere expresar? Puedo estar de acuerdo en que una figura podría añadir escala o misterio a la escena, especialmente teniendo en cuanta el título que elegí para la imagen «El camino hacia el destino» (efectivamente, la elección del título complementa y puede condicionar la percepción de una imagen)… pero ¿y si mi objetivo era potenciar la frialdad de un paisaje desierto dejándolo inhabitado? ¿Qué pasa si no quiero mostrar la escala del paisaje o el de la pasarela?

Así pues, niego la mayor, y no comparto que se pueda afirmar de antemano lo que falta o no falta en una imagen, así como tampoco asegurar de manera predeterminada que NUNCA se puede centrar el horizonte ni un sujeto o que SIEMPRE se deben disponer los elementos en los tercios de la imagen.

Mi conclusión es que depende de cada imagen, de cada situación y de la voluntad expresiva de cada autor.

Dicho todo lo anterior celebro mucho que existan iniciativas que inciten a la critica y a la discusión fotográfica.